La arquitectura en el período Clásico en la Antigua Grecia no era un arte tan valorado como lo es hoy en día, de hecho, los arquitectos no eran diferenciados de los constructores y hasta el siglo V el nombre del arquitecto era irrelevante. Estos eran contratados por el estado o por clientes muy ricos y eran responsables tanto de contratar a los obreros y artesanos que construían la edificación como de cumplir con los plazos y los presupuestos que se les daban.
Tesoro de los Atenienses en Delfos
Un famoso arquitecto de este período es Ictinio, que diseñó el Partenón. Aunque en nuestro tiempo sería considerado un genio, en su tiempo solo era conocido por ser un comerciante experto.
En este período surgieron dos ordenes arquitectónicos muy importantes, el dórico y el jónico.
El dórico es el más antiguo del período clásico griego. Recibe su nombre del pueblo dorio. Este orden tiene un carácter sencillo, robusto y heróico. El ejemplo más representativo de este estilo es el Partenón de la Acrópolis de Atenas.
El Partenón, templo dedicado a Atenea Parthenos en la Acrópolis de Atenas
El jónico es el orden inmediatamente posterior al dórico, se originó en las costas de Asia Menor y las islas Cícladas, en el mar Egeo. En comparación con el dórico, tiene un estilo más esbelto y busca algo más de belleza que el funcional orden dórico. Uno de los ejemplos más claros e imitados del jónico es el templo de Atenea Niké. Este orden también fue utilizado en la Antigua Roma, como por ejemplo en el Templo de Portunus o Portuno.
Templo de Atenea Niké en la Acrópolis de Atenas
Templo de Portuno en el Foro Boario, Roma