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El trato cercano con nuestros clientes nos caracteriza, para esto creamos un trato personalizado entre abogado y cliente que nos ha garantizado el éxito en 9 de cada 10 casos después de la Guerra de Troya. 

Recuerde que nos recomiendan personas célebres como Helena de Esparta y Andrómaca de Troya. 

Para ponerse en contacto con nosotros no dude en llamar al teléfono IX-VIII-V I-I-IV VI-II-VIII.

EPISODIO VI

Mientras Clitemnestra ruega por su vida, sus hijos la asesinan con la ayuda de Pílades. Pero al momento de cometer el crimen, Electra y Orestes comienzan a arrepentirse al ser acusados por el coro.

Aparecen en lo alto de la casa los Dioscuros (Castor y Polideuces/Pólux) y dirigiéndose a Orestes, le dicen que al ver la muerte de su hermana, deberá asumir su destino. No pretendían contradecir al dios Febo Apolo, pero el asesinato de su hermana debe ser castigado.

Pílades debe desposar a Electra y Orestes debe abandonar el Argos, pues será perseguido por las Ceres, Erinis o Furias.

Se despiden Orestes y Electra con pena ya que después de muchos años separados y haberse reencontrado de nuevo, tendrán que alejarse el uno del otro para no volverse a ver nunca.

Los Dioscuros

FIN DE LA OBRA

EPISODIO V

Orestes lleva el cadáver de Egisto a la casa de Electra, y le dice que haga lo que le plazca con él, pero esta duda de si sería un error mancillar el cuerpo de un muerto, por mucho mal que hubiera hecho en vida.

En cuanto al plan de venganza contra Clitemnestra, Orestes comienza a dudar sobre cómo actuar, y se le plantea un dilema moral:

Si mata a su madre, estaría asesinando a la persona que le dió la vida.

Pero si no la mata, dejaría que saliera impune la asesina de su padre.

Se dan cuenta de que su madre viene en un carro muy adornado, ajena a la muerte de Egisto por completo. Supuestamente acude a ver a su hija, la cual se supone que ha dado a luz hace poco y tiene un varón sano que amenaza su reinado.

Clitemnestra habla con Electra de los motivos que tuvo para matar a su padre, y se disculpa culpándole del sacrificio de su otra hija Ifígona por culpa del adulterio de Helena y del suyo propio al meter a una seguunda esposa bajo su mismo techo, lo considera un desprecio, ya que las mujeres adúlteras son censuradas en público e incluso castigadas y los hombres, al contrario con alabados por ello.

Retrato de Clitemnestra

EPISODIO IV

Electra y el corifeo oyen una voz misteriosa, que resulta ser de un mensajero que viene a comunicarles que Orestes ya le ha dado muerte a Egisto. Entonces la muchacha le pide que le cuente cómo acabó con la vida de el asesino de su padre.

Orestes había partido desde la casa de Electra  hasta encontrarse con Egisto en el jardín en el que preparaba un festín de ofrendas para las nínfas, y éste le invitó a compartirlo con él. Van al palacio de Micenas y junto con todos los guardias, comienzan a preparar el sacrificio en honor al futuro hijo de Egisto y Clitemnestra. En el momento de sacrificar al toro, el amante de su madre le ofrece el cuchillo a Orestes, ya que se había presentado con una identidad falsa con la que decía ser un tésalo (conocidos por ser expertos en descuartizar toros), para que lo hiciera él mismo. 

Cuando fue a sacarle las entrañas al animal, Egisto vio en las vísceras del animal que un enemigo estaba cerca: el hijo de Agamenón. En ese momento, Orestes le propina un golpe seco en la columna y Egisto muere entre terribles sufrimientos. Los sirvientes de Agamenón reconocieron a Orestes como su legítimo rey y le apoyaron de ese momento en adelante en todas sus pretensiones.

Orestes venga al usurpador y asesino de Agamenón

ARQUITECTURA EN EL 417 a.C.

La arquitectura en el período Clásico en la Antigua Grecia no era un arte tan valorado como lo es hoy en día, de hecho, los arquitectos no eran diferenciados de los constructores y hasta el siglo V el nombre del arquitecto era irrelevante. Estos eran contratados por el estado o por clientes muy ricos y eran responsables tanto de contratar a los obreros y artesanos que construían la edificación como de cumplir con los plazos y los presupuestos que se les daban.

Tesoro de los Atenienses en Delfos

Un famoso arquitecto de este período es Ictinio, que diseñó el Partenón. Aunque en nuestro tiempo sería considerado un genio, en su tiempo solo era conocido por ser un comerciante experto.

En este período surgieron dos ordenes arquitectónicos muy importantes, el dórico y el jónico. 

El dórico es el más antiguo del período clásico griego. Recibe su nombre del pueblo dorio. Este orden tiene un carácter sencillo, robusto y heróico. El ejemplo más representativo de este estilo es el Partenón de la Acrópolis de Atenas.

El Partenón, templo dedicado a Atenea Parthenos en la Acrópolis de Atenas

El jónico es el orden inmediatamente posterior al dórico, se originó en las costas de Asia Menor y las islas Cícladas, en el mar Egeo. En comparación con el dórico, tiene un estilo más esbelto y busca algo más de belleza que el funcional orden dórico. Uno de los ejemplos más claros e imitados del jónico es el templo de Atenea Niké. Este orden también fue utilizado en la Antigua Roma, como por ejemplo en el Templo de Portunus o Portuno.

 Templo de Atenea Niké en la Acrópolis de Atenas

Templo de Portuno en el Foro Boario, Roma

EPISODIO III

Del verso 596 al verso 746

Ahora que Electra y el anciano conocen su identidad, Orestes planea una venganza. Mientras que él piensa matar a Egisto, Electra se ofrece para acabar con la vida de su madre Clitemnestra.

Plan de Orestes:

En ese tiempo, Egisto prepara una fiesta para ninfas, en la que se sacrificará un buey en honor de su nuevo hijo. Esto beneficiará que al estar en el bosque, pueda matar a Egisto sin que tenga quien le defienda, pues pretendía quedarse además con los sirvientes para que le apoyaran en la misión de vengar al legítimo rey Agamenón.

Plan de Electra:

El anciano le hará saber a Clitemnestra que su hija ha dado a luz a un hijo varón diez días atrás, y así ella preocupada por la situación acudirá a ver a Electra. En ese momento, ella vengará la muerte de su padre Agamenón.

La venganza de Orestes

EPISODIO II

Del verso 487 al verso 595

Un anciano (el antigüo maestro de la familia de Agamenón) va en busca de Electra a su humilde casa. Él le insinúa que Orestes ha vuelto a su ciudad, pero ella lo niega aún teniéndole oculto en su propio hogar, ya que Electra desconoce la identidad real del inquilino que dice ser emisario de su hermano.

Orestes sale de la casa, y el anciano le hace ver a Electra que se trata de su hermano, mostrándole una cicatriz de la frente. Los dos se abrazan y se emocionan al ver recuperada la fraternal relación y por tanto el tiempo perdido. 

El episodio termina con una estrofa del coro lo que podría ser una introducción al siguiente capítulo, ya que da una ligera idea de lo que ocurrirá a continuación en el Episodio III.

Electra y su hermano Orestes reencontrándose

ESCULTURA EN 417 a.C.

El período en el que la obra fue escrita es conocido como Período Clásico o de Perfección, y estuvo comprendido entre los siglos V y IV a.C. y fue el apogeo de la escultura griega.

Fue el tercer período de los cuatro existentes en la Antigua Grecia, y el escultor Fidias (decía de sí mismo que era el escultor de los dioses) fue supuestamente quien la llevó a su esplendor.

Este período destaca especialmente gracias a Calamis y Mirón, que acaban con la rigidez del movimiento anterior dándole delicadeza y gracia a las esculturas el primero y sensación de movimiento el segundo.

Algunas de las esculturas más reconocidas de este período son:

Venus de Milo

Afrodita de Cnido

Victoria de Samotracia

Amazona herida de Fidias