martes, 24 de mayo de 2016

CAPÍTULO 1

Una reunión muy esperada

En Hobbiton, Bilbo Bolsón prepara una gran fiesta de cumpleaños. El señor Bolsón había sido durante años la envidia de la Comarca, tanto por sus abundantes riquezas como por la juventud de la que gozaba a sus 111 años.

Bilbo era generoso con su dinero, así que los tranquilos habitantes de Hobbiton le querían, sobre todo los de familias poco importantes o pobres.

Frodo y Bilbo casualmente cumplían años el 22 de Septiembre. Normalmente organizaban ruidosas fiestas de aniversario en Bolsón Cerrado, compartiendo comida y bebida con amigos y conocidos; pero no en esta ocasión. Bilbo y Frodo cumplían 11 (una edad muy inusual) y 33 (la mayoría de edad hobbit) años respectivamente, así que al acontecimiento acudiría mucha más gente de lo esperado.

Ham Gamyi fue uno de los primeros en extender el rumor, y al ser el jardinero de los Bolsón, la gente preguntaba, curiosa, por el origen de Frodo, las maravillosas riquezas de Bilbo o las extrañas compañías que les rodean. Naturalmente, esto poco tenía que ver con la fiesta de cumpleaños, pero una vez que tenían oportunidad de satisfacer su curiosidad, la aprovechaban.

En ese mes de Septiembre, comenzó a llegar gente muy extraña para los hobbits a Bolsón Cerrado: enanos con largas barbas y cobijados por capuchas, un anciano con fuegos artificiales... El anciano resultó ser el mago Gandalf el Gris. Para los niños hobbits no era un desconocido y le consideraban una atracción más para la fiesta.

"El viejo Gandalf el mago, de reconocida habilidad en el manejo de fuegos, humos y luces, y famoso por esto en la Comarca. La verdadera ocupación de Gandalf era mucho más difícil y peligrosa"

El hobbit y el mago habían sido amigos desde hace 60 años, y ahora se encontraban charlando sobre un plan de Bilbo para alejarse de la Comarca. 

 Al día siguiente, carros y más carros llegaron a Hobbiton; la fiesta de Bilbo estaba causando tanto entusiasmo como caos en la Comarca. En cada rincón del lugar había un cartero llevando una invitación o un mensaje de confirmación de asistencia. Bilbo no fue visto después de la llegada de Gandalf, pues estaba recluido en Bolsón Cerrado haciendo preparativos. 

Al despertar un día los hobbits vieron que un prado habíasido completamente ocupado por carpas, cuerdas y estacas. Poco a poco comenzaron a elevar los pabellones, uno era tan grande que podía albergar un gigantesco árbol. Se decoraron las ramas de éste con linternas de colores y en el exterior se instaló una gran cocina al aire libre, la cual entusiasmó a los hobbits.

Amaneció el día 22 de Septiembre, un día soleado, perfecto para festejar. Todo el mundo que habitaba en la Comarca iba a asistir, aunque no hubieran sido invitados. Bilbo recib a cada invitado personalmente, repartió los regalos (la costumbre hobbit manda que en tu cumpleaños seas tú quien regale algo a todos tus amigos, de esa manera cadsa habitante de la Comarca recibía al menos un pequeño regalo a la semana).

Bilbo se encargó de que los regalos fueran mejores de lo esperado,
"Los niños hobbits estaban tan excitados que por un rato se olvidaron de comer"
 Una vez terminada la entrega de presentes comenzó la fiesta: danza, música,juegos, comida y bebida. Gandalf aportó su granito de arena en la fiesta con sus fuegos artificiales espectaculares: buscapiés, petardos, bengalas, cohetes, antorchas, estrellitas, velas de enano, fuentes élficas, duendes ladradores y truenos. Todo ello hecho por el mago, no era reconocido por nada podemos afirmar.


En un momento, mucho humo comenzó a brotar en forma de montaña y llamaradas rojas y verdes salían de ella, y de pronto surgió un gran dragón de fuego. Algunos se asustaban, pues sobrevoló la fiesta 3 veces, pero cuando se alejó en dirección a Delagua Bilbo anunció que era la señal que daba comienzo a la cena.

Todos se alegraron al instante, disfrutaron de una espléndida comida, y los invitados a la cena especial de la familia Bolsón, se dirigieron al pabellón principal. Todos los allí presentes eran parientes de Bilbo y Frodo, y todos temían que este diera uno de sus largos discursos. Una vez acabó el festín, Bolsón comenzó a dar un confuso discurso.

"No les distraeré mucho tiempo. Los he reunido aquí a todos por un propósito. Para poder decirles lo mucho que les quiero y lo breves que son ciento once años entre hobbits tan maravillosos y admirables."

Todo el mundo aplaude.

"No conozco a la mitad de ustedes ni la mitad de lo que querría, y lo que querría es menos de la mitad de lo que la mitad de ustedes merece."

Algunos hobbits seguían aplaudiendo, pero la mayoría se preguntaban confusos qué quería decir. Bilbo prosiguió.

"Me voy. Los dejo. ¡Adios!"

Acto seguido se bajó de la silla y se desvaneció como el humo.
 
 

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